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Con usura

el viernes, 15 de abril de 2011 por cunningham
Con usura

Con usura no tiene el hombre casa de buena piedra
Con bien cortados bloques y dispuestos de modo que el diseño lo cobije,
con usura no hay paraíso pintado para el hombre en los muros de su iglesia
harpes et lutz (arpas y laúdes)
o lugar donde la virgen reciba el mensaje
y su halo se proyecte por la grieta,
con usura
no se ve el hombre Gonzaga,
ni a su gente ni a sus concubinas
no se pinta un cuadro para que perdure ni para tenerlo en casa
sino para venderlo y pronto
con usura,
pecado contra la naturaleza,
es tu pan para siempre harapiento,
seco como papel, sin trigo de montaña,
sin la fuerte harina.
Con usura
se hincha la línea
con usura nada está en su sitio (no hay límites precisos)
y nadie encuentra un lugar para su casa.
El picapedrero es apartado de la piedra
el tejedor es apartado del telar
con usura
no llega lana al mercado
no vale nada la oveja con usura.
Usura es un parásito
mella la aguja en manos de la doncella
y paraliza el talento del que hila. Pietro Lombardo
no vino por usura
Duccio no vino por usura
ni Pier della Francesca; no por usura Zuan Bellini
ni se pintó "La Calunnia”
No vino por usura Angélico; no vino Ambrogio Praedis,
no hubo iglesia de piedra con la firma: Adamo me fecit.
No por usura St. Trophime
no por usura St. Hilaire.
Usura oxida el cincel
Oxida la obra y al artesano
Corroe el hilo en el telar
Nadie hubiese aprendido a poner oro en su diseño;
Y el azur tiene una llaga con usura;
se queda sin bordar la tela.
No encuentra el esmeralda un Memling
Usura mata al niño en el útero
No deja que el joven corteje
Ha llevado la sequedad hasta la cama, y yace
entre la joven novia y su marido
Contra naturam
Ellos trajeron putas a Eleusis
Sientan cadáveres a su banquete
por mandato de usura.


Ezra Pound


Quizás

el sábado, 11 de diciembre de 2010 por cunningham
Hace algún tiempo una persona dejó de vivir, de respirar, de vivenciar, quizás era un desconocido para algunos, pero un gran conocedor para otros. El nombre, la verdad no es tan importante, pero percibí que pocas personas hicieron mucho frente a esta realidad, resurgió en los medios, “autoridades” lo visitaron, banderas a media asta, hubo días de luto, entre otras cosas. Sin embargo me preguntaba ¿Que habrá hecho este tipo?, algo importante debe ser.

Con el pasar de los días descubro que era un hombre de “poder” un “poderoso”, de esos que influyen en las leyes de nuestro país, aquellas leyes que enmarcan los límites de nuestro accionar, para bien o para mal, y cuando digo limitan no hablo del bien y del mal, hablo de esas limitaciones que cualquiera de nosotros tiene para salir de donde está, para “superarse”, esas limitaciones que vienen predispuestas desde la cuna, o incluso más, desde antes de nacer, esas limitaciones que definen tu vida más allá de lo que uno llega a creer o a saber, esas que hacen que a muchos de nosotros sólo les quede estar al margen de la ley.

Y no por esto digo que estar al margen de la ley es positivo, mas bien señalo que la dicotomía del bien y el mal esta a un nivel superior de la justicia, esta a un nivel moral que queda a la mítica subjetividad. Y por qué pensar esto, por la sencilla razón de que al imaginarme que yo podría haber nacido en una familia con un entorno social, con un cierto nivel de educación, ingresos socioeconómicos, apellido, en cierta población, quizás y sólo quizás también hubiera estado en aquel pabellón de la cárcel San Miguel.

Y que paradójico, los que murieron allí son desconocidos para mi, pero sin duda conocedores de la vida, de la cruda vida que les ha tocado vivir, y esas mismas autoridades que cuando dejen de vivir probablemente se les rinda honores y halagos por los hechos realizados, son las mismas que hoy desconocen el honor de aquellos que dejaron de respirar, y por qué aquel desinterés, quizás porque son ellos mismos los que han tenido el poder para hacer de esta una sociedad más justa, sociedad en la cual estos hombres quizás y sólo quizás, no hubieran tenido que estar allí.

Cuentos para Pensar

el martes, 7 de diciembre de 2010 por cunningham
LA MIRADA DEL AMOR

El rey estaba enamorado de Sabrina: una mujer de baja condición a la que el rey había hecho su última esposa.

Una tarde, mientras el rey estaba de cacería, llegó un mensajero para avisar que la madre de Sabina estaba enferma.

Pese a que existía la prohibición de usar el carruaje personal del rey (falta que era pagada con la cabeza), Sabrina subió al carruaje y corrió junto a su madre.

A su regreso, el rey fue informado de la situación.

-¿No es maravillosa?-dijo-Esto es verdaderamente amor filial. No le importó su vida para cuidar a su madre!! Es maravillosa!

Cierto día, mientras Sabrina estaba sentada en el jardín del palacio comiendo fruta, llegó el rey. La princesa lo saludó y luego le dio un mordisco al último durazno que quedaba en la canasta.

-¡Parecen ricos!-dijo el rey.

-Lo son- dijo la princesa y alargando la mano le cedió a su amado el último durazno.

-¡Cuánto me ama!-comentó después el rey-, Renunció a su propio placer, para darme el último durazno de la canasta.¿no es fantástica?

Pasaron algunos años y vaya a saber por qué, el amor y la pasión desaparecieron del corazón del rey.

Sentado con su amigo más confidente, le decía:

-Nunca se portó como una reina…¿acaso no desafió mi investidura usando mi carruaje? Es más, recuerdo que un día me dio a comer una fruta mordida.

Jorge Bucay

La antigua guerra a muerte contra el mapuche

el sábado, 27 de noviembre de 2010 por cunningham
Les presento este relato de Tito Tricot, que desde la recuperación de una memoria histórica olvidada, o mas bien hecha olvidar, nos presenta desde la emoción y la vivencia parte de la historia del Wallmapu. Texto quizás un poco largo para un blog pero que sin duda vale la pena ser leído.

Dicen los que saben, que los más antiguos de los antiguos estaban hechos de lluvia azul. Y así caminaban por el mundo, pintando mariposas y océanos sin pausa, descansando sólo en las noches más oscuras alumbrándose de luciérnagas tiernas. Algunos dicen que, en realidad, eran dioses orlados de viento que buscaban la mejor tierra para sembrar sueños y, de pronto, sin previo aviso, en una tormenta imposible de relámpagos y volcanes fulgentes, se dibujó en toda su morena hermosura la primera lagmien mapuche. Toda esta tierra es tuya, le susurraron con fuego para que jamás nunca se le olvidara, ni a sus hijos, ni a los hijos de sus hijos. Y así a la gente de la tierra se les dio el Meli Witran Mapu – los cuatro puntos cardinales – para que allí hicieran el amor sin prisa y, también sin urgencia, compartieran los frutos de sus entrañas que eran, les dijeron, de todos y de nadie. Que aquí podrían construir su Mundo y su País, y les dieron choroyes y arrayanes, quilas y bandurrias, lagos y montañas, y en el centro de su corazón les dibujaron un río tan bello y tan azulado que daban ganas de llorar en las desconcertantes madrugadas de rocío virgen. Hilar su Mundo y su País, les dijeron, pero, con un dejo de tristeza y con descomunal pesadumbre, entornaron sus ojos de lluvia para advertirles que desde allende los mares vendrían de yelmo y alabardas para matarlos a todos en nombre de un dios ajeno. Que tuvieran cuidado, porque aquende la muerte se vestiría de uniforme chileno y argentino; y todo se lo dijeron en tiempos en que no existían ni Chile y Argentina, sino tan sólo el Wallmapu, el País Mapuche, su país de tierra fértil y pródiga y, por lo mismo, apetecible por forasteros de distinto signo.

Así, aún perplejos ante la posibilidad de que les arrebataran sus tierras y sus sueños que apenas comenzaban, los mapuche se abocaron a la tarea de irisar su Mundo sustentado en Itrofillmongen, la vida en su conjunto, la biodiversidad, el equilibrio, el respeto. Al bienestar en armonía le llamaron Küme Felen; Küme Mongen a la calidad de vida y Nor-Felen a la ley natural o autorregulación de la naturaleza de las distintas dimensiones del Mundo Mapuche donde habitan los hombres y las fuerzas de la vida desde tiempos inmemoriales. O desde todos los tiempos, que es el tiempo mapuche, el justo que necesitaron para construir el Wallmapu. El país mapuche, que oteaba dos océanos y dos cordilleras, se nutrió de la lluvia azul de los más antiguos de los antiguos y del Ad Mapu para iluminar a los nagche, wenteche, lafkenche, williche, pewenche o puelche, mapuche todos, gente de la tierra para que nunca se les olvide. Y es tan colosal su memoria que no pueden dejar de recordar, aunque quieran. Cuentan que había un anciano tan anciano que era la memoria misma. Vivía allá por Curarrehue con su familia, caballos y ovejas. Se iba orillando la cordillera cazando leones, perdiéndose semanas enteras, a veces meses, en búsqueda del tiro perfecto, porque el puma le destrozaba las ovejas en plena noche sin que nadie se percatara y eso no es justo, decía. Y recordaba cada oveja, cada gallina, cada yegua perdida a manos del león, las suyas y las ajenas, las de ahora y las de ayer, porque nunca hay que olvidar que el olvido es otra forma de morir, les espetaba a sus hijos y nietos alrededor del fogón de la ruka. El mismo lugar donde una noche de temporal les contó sin prevenirlos que conoció en persona a los antiguos de lluvia azul que, incluso, les rozó la piel de agua cuando en una noche de tormenta como ésta quiso averiguar los insondables misterios de los orígenes más remotos del universo. Y supo que desde el cielo cayeron rocas fulgurantes que formaron volcanes y montañas, que de las lágrimas de las estrellas nacieron lagos y ríos tornasoles y que al paso desnudo de la primigenia mujer mapuche nacieron flores bermejas y pájaros encinta. Supo, también, porque lo vio con sus propios ojos, que los mapuche sufrieron el formidable castigo de Chau Ngenechen por haber infringido los principios del Ad Mapu. Y llovió tanto que los mapuche lloraron desconsoladamente, lo que hizo subir aún más las arremolinadas aguas. Entonces más lloraban de pavor y arrepentimiento y más subían los mares y los lagos y los ríos. Se oscureció el cielo con tal fuerza que los aterrados mapuche sólo vieron tinieblas en el horizonte para siempre, dijo el anciano mientras observaba caviloso las lenguas de fuego que crepitaban en medio del invierno. Porque lo vio, nadie se lo contó, porque era la memoria misma, la brasa de una cultura tan antigua como su tierra, pensaron silentes los niños que soñaban con cazar leones por las gargantas andinas.

De pronto, murmuró el anciano, hubo tal estruendo que la tierra se abrió en dos y el agua arrastró a todos los mapuche mar adentro, convirtiéndolos en peces añiles y piedras negras. Parece que se murió un instante el sol, reflexionó, pues cuando abrí nuevamente los ojos asomaron en la cima más alta del monte más alto cuatro mapuche ateridos de frío que decían algo así como: nunca más, lo prometemos, Chau Ngenechen. Nunca más. Un anciano y una anciana, un joven y una joven, eran. Y los niños escuchando fascinados cómo de la muerte renacía la vida, y el abuelo que lo ha visto todo, recordando con amargura el día inclemente cuando su pueblo casi perece ahogado. Pero sobrevivió, para levantarse en todos los rincones del Wallmapu sin olvidar jamás la terrible lucha entre los poderes de la tierra y el mar que, a fin de cuenta, son los estertores del desequilibrio de la Ñuke Mapu ofendida por el egoísmo del hombre. Y el más grande egoísmo arribó desde Europa ataviado de coraza, rodela, cota de malla, casco y calzón de rojo terciopelo, hediendo a viaje de galeón. Y para matar traían sus enfermedades y sus armas: espadas, arcabuces, caballos, cañones, lanzas, ballestas, montantes. Traían la más implacable de las guerras y a un dios blanco de ojos azules que supervisaba diligente masacres y esclavitudes, violaciones y estupros por doquier. Yo sentí la glacial ferocidad de su mirada, cuenta el anciano de Curarrehue, una tarde de primavera cuando quise preguntarle el por qué de tanta crueldad. ¿Es que no les basta con sus propias tierras y sus propios animales?, dije yo con mi palabra. Es mi tierra, gritó con voz atronadora, mi acuarela, mi escultura, mi aguafuerte, mi arpillera, mi vitral, mi mosaico, mi libro abierto, mi orgasmo cósmico. Mi propiedad.

¿Y qué es propiedad?, le interrogué desconcertado. Me miró con desprecio desde las alturas de su ciclópeo porte para reír burlesco: todo lo que no se puede tocar por los siglos de los siglos, amén. ¿Y qué no se puede tocar por los siglos de los siglos, amén, inquirí? Aún con desdén y molesto por haberle interrumpido su siesta, vociferó: los bosques, la tierra, los lagos, los ríos, las montañas, el cobre, la plata, el carbón, los mares, los peces, el aire, los pájaros, el agua, las ruka, los caballos, las gallinas, los pavos, los corderos, el trigo, los chícharos, el merken, las plantas, las cascadas, las risas, las manos, las piernas, el amor, los dientes, los vientres maternos y sus hijos, los sueños, la muerte. Todo lo que es riqueza o puede convertirse en riqueza, rubricó desganado.

Pero, declaré y reclamé, al tiempo que le miraba fijamente a los ojos, turbios como el río en invierno, los más antiguos de los antiguos nos dieron el Meli Witran Mapu para que hiciéramos el amor sin prisa y, también sin urgencia, compartiéramos los frutos de sus entrañas que eran, nos dijeron, de todos y de nadie. Que aquí podríamos construir nuestro Mundo y nuestro País. Y así lo hicimos entre dos océanos, sin premura y sin propiedad alguna, que no la conocíamos; y los pájaros anidaban en cualquier árbol, los lagos se posaban en inesperados recovecos, mientras los ríos fluían sin pausa por entre ventisqueros, bosques y acantilados para besar atónitos el mar, que era también el mar de todos. Y de todos la tierra que se podía tocar por los siglos de los siglos, amen. Es mi palabra, dije, y en ese preciso momento, desde la profundidad de su garganta de plata, brotaron alambres de púa, fusiles, aserraderos, colonos, militares, reducciones, asesinatos, torturas, exilios, migraciones, policías, matanzas y países ignotos que clavaron sus banderas de seda en el corazón del Wallmapu. Entonces, nada fue jamás igual y el anciano con su memoria a cuestas se refugió en la cordillera, pero ya no pudo cazar pumas, porque lo persiguieron, lo acorralaron, lo redujeron, lo radicaron a la fuerza y lo asesinaron a la fuerza en nombre de la civilización. Le usurparon el País Mapuche y le pulverizaron el Mundo Mapuche en nombre de la razón, de la riqueza y de aquella propiedad de la cual hablaba el dios extraño que gritaba la barbarie de los indios.

Y los indios se guarecieron en sus silencios de indio para enfrentarse al egoísmo wingka, mientras bajo las piedras, en los recodos de los ríos, en las copas de los árboles, en los contrafuertes cordilleranos y en el fondo del mar, guardaban sus palabras, sueños, memorias, anuncios y denuncias, virtudes y vilezas, victorias y derrotas, amores y desamores, cantos y bailes, los primeros y los últimos pasos. Con especial cuidado escondieron el mapudungun, su lengua, y el origen del mundo y las leyes de la naturaleza. Todo, según cuentan, en un volcán en llamas donde sólo los kimche conocieron del secreto para evitar que el kimun mapuche ardiera en brasas y ceniza. Fue tal su sapiencia que, en las noches más opacas, desde sus ruka, sus campos y sus montes, salían sigilosos hombres, mujeres, ancianos y niños para dirigirse al volcán de la memoria. Allí recuperaban palabras, ritos, nombres, historias y, por sobre todo, el sueño de libertad que les mantenía vivos mientras el wingka les horadaba el alma. Los mapuche se negaban a morir o desaparecer en la ira de los vientos despiadados que venían del norte a lomo de caballo, en cureñas, de quepís, de sable y bayoneta, de fusil y revolver. Venían de la guerra para hacer otra guerra: de la civilización contra la barbarie, de la chilenidad contra la mapuchidad.

Guerra a muerte, hermano, que se entronizó en el País Mapuche ocupado por la fuerza armada. Guerra a muerte, hermano, que se acuarteló en el Mundo Mapuche ocupado por la violencia chilena. Y a nuestro territorio expoliado le llamaron frontera, cuando, en realidad, la frontera eran ellos; nos llamaron salvajes cuando, en realidad, los bárbaros eran ellos. Le denominan el conflicto mapuche, cuando en realidad el conflicto es de ellos que temen reconocer su indianidad.

Hoy nos llaman terroristas, cuando el terror lo siembran ellos en las comunidades con sus allanamientos y golpizas y bombas lacrimógenas y balazos y muertos. Porque los chilenos comenzaron a asesinar mapuche en el siglo diecinueve, prosiguieron en el siglo veinte y continúan en el siglo veintiuno. Matías Catrileo, Alex Lemun y Jaime Mendoza cayeron en nuestro país ocupado por la fuerza militar. Es por la propiedad que no conocíamos, por los árboles y las aguas, los minerales, los peces, los pájaros. Y la tierra que nos dieron para siempre los más antiguos de los antiguos allá en Collipulli, Temucuicui, Lumako, Neltume. Liquiñe, Lleu-Lleu, Cuyinco, Tirua, en la costa, en la montaña, en los valles, nos dieron, para construir el País Mapuche y el Mundo Mapuche. Es mi palabra, para que nos dejen en paz y simplemente ser lluvia o tierra o mar, dijo el anciano de Curarrehue que es la memoria misma y que caminaba por el sur del mundo mucho antes que los chilenos.

Tito Tricot

¡¡ESTAMOS DE VUELTA!!

el viernes, 26 de noviembre de 2010 por cunningham

Así es señores y señoras, algunos creyeron que ya no existíamos...no no no, solo nos detuvimos por algunos momentos, algunos para pensar, otros para descansar, algunos para reproducirse y otros para emigrar, sin embargo, ninguna de estas es razón para acabar.

Sakyas está de vuela.

Ingenuidad

el martes, 11 de agosto de 2009 por rodrigo cruz

Michael : Mi padre no es diferente a ningún hombre con poder. Es responsable con otras personas, igual que un senador o un presidente.
Kay: ¿Cómo puedes ser tan ingenuo?
Michael : ¿Por qué?
Kay: Porque los senadores y presidentes no matan gente.
Michael:
oh Kay...¿Quien es el ingenuo ahora?
El padrino I, 1972

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Flores Pa' la Violeta

el viernes, 28 de septiembre de 2007 por rodrigo cruz
Si, el flyer es horrible, pero bueno, que le vamos a hacer...

Quienes disfrutamos este hermoso espectáculo en la UdeC a principios de año, sabemos que un mal volante y poca publicidad no hace honor al gran show que es "Flores pa' Violeta".
Recomendado!

R&C producciones 2005 - 2007